APRENDAMOS A RECONOCER AL NÍSPERO.
Afortunadamente un árbol de tanta importancia ecológica, histórica y cultural como el níspero, posee suficientes características distintivas que permiten su rápido y fácil reconocimiento.
El árbol es verdaderamente espléndido.
En condiciones naturales, los individuos adultos son notables por su tronco grueso, alto y cilíndrico. Pueden llegar a ser árboles grandes de hasta 40 metros de altura y más de 1 metro de diámetro en la base del tronco. ¡Son de verdad impresionantes!
La copa tiene tendencia a desarrollar una forma perfectamente esférica. Muchos individuos poseen gambas voluminosas en su base, aunque no muy altas.
Sin embargo, hemos observado árboles cultivados que gracias a podas sistemáticas planificadas, se mantienen de tamaños moderados, con una copa densa y redonda, verdaderamente muy atractivos y adecuados como ornamentales para jardines, parques y fincas. (Ver fotografía izquierda).
Es un árbol semidecíduo, lo cual significa que durante la estación seca del año, sin bien es cierto pierde gran parte de su follaje, la copa nunca queda completamente desnuda.
La corteza es de los más característico, de color negro cuando las condiciones son húmedas y de color gris claro durante la estación seca del año.
Inconfundible por sus grietas verticales y horizontales que forman un particular conjunto de cuadrículas que no encontraremos en ninguna otra especie de árbol en el país.
Corteza cuadriculada = níspero. ¡Fácil!
Si aún persiste alguna duda respecto de la identidad del árbol que tiene frente a usted, dirija su mirada hacia el suelo y observe, pues al pie de los nísperos adultos siempre hay una "alfombra" de arbolitos de esta especie, nacidos de las semillas de los frutos que han caído durante años, esperando que el árbol adulto algún día muera y caiga, para crecer y ocupar el "espacio vacante".
Estos arbolitos de níspero son fáciles de reconocer no sólo porque son casi las únicas plantas que crecen en medio de la espesa hojarasca bajo la densa sombra del níspero, sino por su característico par de hojas en forma de cuchara, las cuales conserva así durante muchos años.
Las hojas son simples y alternas, en forma de papalote, de hasta 30 centimetros de largo y hasta 10 centímetros en la porción más ancha. La lámina de color verde oscuro y lustrosa por el haz, y de color verde amarillento y opaca por el envés.
El borde perfectamente liso, el nervio central de color amarillento y los nervios secundarios largos largos y perfectamente paralelos entre sí pero casi imperceptibles.
El pecíolo es grueso, de 1 a 2 cm de largo. Las hojas forman grupos al final de las ramas, como una especie de penachos amplios.
 Las flores son pequeñas y muy sencillas, de color blanco y con un muy agradable aroma jazminado.
Aparecen mayoritariamente en los extremos de las ramas entre las hojas, pero también se forman en pequeños grupos a lo largo de las ramas más jóvenes.
Los frutos del níspero son carnosos, de pulpa abundante de sabor dulce y textura "arenosa" al paladar, de cáscara gruesa de color gris o café, y son muy notables por su variabilidad fenotípica, lo cual significa que la forma y el tamaño varían considerablemente de un árbol a otro, pues así como hay variedades de frutos pequeños y redondos como una uva (foto superior izquierda), también los hay grandes de forma alargada como un balón de fútbol americano (centro), redondos, aplanados y algunos tienen la forma de un trompo (derecha).
Cada fruto puede contener de 1 a 4 semillas en forma de gota, planas, duras y como de 1 cm de diámetro, de color café y muy notables por la presencia de un amplio hilo u obligo blanco que ocupa casi la mitad de la superficie de la semilla, lo cual es muy propio de la familia botánica Sapotácea a la cual pertenece este árbol.
Estos frutos carnosos poseen un alto contenido de azúcares y de almidones, y son una importantísima fuente de alimento para la fauna frugívora silvestre, como monos, mapaches, venados, cerdos salvajes, murciélagos e infindad de pájaros, los cuales se comen los frutos y dispersan las semillas en todas direcciones, lo cual explica por qué esta especie llega a ser tan abundante y frecuente en los bosques del sur de México y norte de Guatemala, en donde se le conoce con el nombre de CHICOZAPOTE.
Además, ya desde hace muchos años en países como México y Guatemala, las variedades de frutos más grandes, dulces y carnosos, se han cultivado muy exitosamente en plantaciones comerciales para la producción de exquisitos y muy apreciados frutos de mesa que con el nombre comercial de sapodilla o crab apple, se exportan anualmente por toneladas.
Durante muchos siglos de la época Precolombina, el níspero era un árbol muy conocido y apreciado por los pueblos indígenas de México y de Guatemala, no solamente por sus frutos comestibles y nutritivos a los que llamaban chictlzapotls, sino mucho más por algo que a los indígenas les encantaba y disfrutaban grandemente: el chictli.
La savia elaborada del níspero, al igual que todos los demás árboles de la Familia Sapotácea, es una sustancia blanca, opaca, espesa y muy pegajosa al tacto, rica en compuestos químicos muy complejos del grupo de los isoterpenos y polisoprenos, ampliamente utilizados en la industria química para elaborar pinturas, pegamentos, lacas, fibras, impermeabilizantes, etc.
Aunque no es tóxica, la savia del níspero posee un sabor amargo y astringente no muy placentero, y además de contener todos los elementos necesarios para la nutrición del árbol que fueron procesados en el follaje, también tiene la importante función de proteger a la planta del ataque de insectos o de animales herbívoros, pues en realidad son muy pocos los animales que soportan masticar una hoja o un tallo del níspero sin quedar completamente cubiertos y a veces inmovilizados por la acción física y química de esta amarga sustancia.
¿Pero qué cosa es el chictli?
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¡Perdón!
Los indígenas de México y Guatemala aprendieron desde hace muchos siglos, que si el látex del níspero se calienta al sol o al fuego, rápidamente se condensa y aglutina en una masa hulosa y compacta que al ser masticada en forma repetida, libera un sabor dulce durante mucho rato, además de que era muy entretenido sobre todo para los niños y para las mujeres.
Así fue como nació el chicle, que es lo que significa la palabra indígena chictli.
Cuando los europeos llegaron a América, quedaron tan fascinados con el chicle, que de inmediato comenzaron a buscar miles de árboles de níspero para destinarlos a sacarles el prodigioso látex para elaborar chicle para el comercio.
Desde entonces, se estableció la práctica del sangrado, que consiste de realizar cada 2 ó 3 años una serie de cortes inclinados al tronco del árbol, por los cuales fluye el látex hasta caer por gravedad en un recipiente colector ubicado en la base.
Cada vez que este recipiente se llenaba, se llevaba a un caldero en donde todo el látex que se colectaba se endurecía como una pasta y se se cortaba en "panes" o bloques grandes para así ser transportado.
La soberbia pintura de la izquierda, nos muestra a un "chiclero" en plena faena de "sangrar" a un árbol de níspero. Por favor tómese unos minutos para observar todos los detalles.
Posteriormente se descubrió que el chicle se podía mezclar muy fácilmente con miel, azúcar, y especias como la menta, la canela y otros sabores, creando una industria de golosinas que cada vez contaba con más adeptos en el mundo entero.
La industria y el comercio del chicle alcanzaron su apogeo a mediados del Siglo 20, cuando las películas y reportajes acerca de la Segunda Guerra Mundial mostraban a los soldados estadounidenses mascando chicle para calmar los nervios y para evitar lesiones a los tímpanos producto de las explosiones.
Así fue como mascar chicle se convirtió en una especie de símbolo de virilidad que mucha gente por todo el mundo comenzó a imitar. La demanda de la materia prima para fabricar el chicle aumentó de manera astronómica durante los años 40's y 50's, sin embargo los árboles y plantaciones ubicadas en México y Guatemala no daban abasto, las nuevas plantaciones aún eran muy jóvenes, y lo que sucedió fue que miles de árboles de chicle comenzaron a morir abatidos por los sangrados cada vez más intensos y frecuentes.
Por tal motivo a inicios de los años 60's, el chicle se encareció mucho y se convirtió prácticamente en un artículo de lujo que inclusive durante varios años propició un activo mercado clandestino sobre todo entre la población adolescente de Europa y América.
Pocos años más tarde, salieron al mercado los primeros chicles elaborados a base de compuestos sintéticos derivados del petróleo, mucho más baratos y de mucho mejores propiedades al paladar.
Sin embargo, la industria del chicle elaborado con el látex del níspero se mantiene hoy día como una actividad muy próspera y dinámica en tierras mayas, de la que dependen miles de familias que forman parte de este importante grupo socioeconómico conocido como "los chicleros".
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A propósito, los árboles de níspero en Costa Rica tampoco se salvaron de ser sangrados en su oportunidad para satisfacer pequeñas industrias caseras que también fabricaban chicle hace muchos años y que ya dejaron de existir, lo cual se evidencia en las características cicatrices que quedaron en muchos árboles adultos de níspero, como este de la fotografía de la izquierda que nos encontramos en el Parque Nacional Santa Rosa.
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